lunes, 14 de diciembre de 2009

La búsqueda de trabajo es un trabajo horrible.

Cuando llegué a Barcelona sabía que sería difícil pero no imaginaba esto: hasta me han rechazado para repartir flyers.
Sabía que encontrar trabajo en algo mínimamente cercano al cine sería difícil, casi imposible, pero no que también lo sería encontrar cualquier otra cosa. Quizá ahora estoy siendo poco paciente, llevo todo el día mandando CV y eso me crea mucha ansiedad: quiero que me contesten YA, saber YA, dejar de sentirme tan en el aire y tan vulnerable.
No es la primera vez que busco trabajo así, un poco al tuntún, y me he dado cuenta de que tengo una irremediable tendencia y atracción por los trabajos raros. Lo normal no me llama mucho, odio los horarios y siempre prefiero ver si encuentro un curro por internet haciendo encuestas, o acabo currando en almacenes extraños, bares aislados o geriátricos del extrarradio. En mis aproximadamente 10 años como trabajadora puedo decir que he trabado en: lavandería industrial, encuestadora callejera/puerta-a-puerta/telefónica, fregaplatos, chica de almacén, camarera multiusos, chica del guardarropa, auxiliar de vestuario para performance inmensa, fotógrafa, pinche, buzoneadora, cámara de cine porno, cámara para TVE, camarera de discoteca bollo-maduritas y seguramente alguna cosa más que me olvido por desordenada, ya que el orden no es cronológico.
Quizá no repito mucho porque no me gusta trabajar y si vas variando es más entretenido. Bueno, no es que no me guste trabajar en plan llego siempre tarde y me escaqueo en el curro sino que más bien no me gusta lo que trabajar significa en este sistema. No me gusta el sentido “digno” que se le da, no me gusta nada. Y a veces cuando digo estas cosas de abajo el trabajo y tal alguna gente me dice que es lo que hay, que así funciona, pero yo no lo entiendo. No entiendo cómo pueden decir eso. No entiendo cómo pueden estar en una oficina a jornada partida y no pensar que el trabajo es una forma de esclavitud. Claro que es lo que hay y que así funciona, eso ya lo se, pero no significa que me conforme. Evidentemente nada me gustaría más que vivir de dirigir, pero como se que eso es difícil me busco la vida, siempre lo he hecho, y me la busco para no estar de 9 a 8 y de lunes a viernes anulada. Y cuando lo consigo, esa gente que me dice “es lo que hay” y que no se muy bien qué se cree que soy, se enfada. Quizá no lo dicen o no lo admiten, pero yo lo noto, no les gusta nada. Ellos deciden no correr riesgos. Desde sus sofás de cuero y con sus móviles última generación encima de la mesa me ven a mi, como ahora, asfixiada sin saber qué va a pasar, en riesgo continuo de caída libre. Y se sienten felices, afortunados de poder estar sentados en sus sofás tranquilamente. Y hasta a mi me dan envidia a veces, porque cansa mucho estar siempre en plan equilibrista financiera. Pero luego sale algo, siempre sale algo, y de golpe soy libre. Y quizá estoy repartiendo flyers de mierda por la casas de 9 a 2 pero luego llego a la mía y como y descanso y escribo el guión del corto que quiero rodar y leo y veo una peli. Y cuando me canso lo dejo, porque es eso, sólo un curro, una fuente de ingresos, un utensilio que me permite alcanzar lo que yo más quiero.
No digo que quiera estar así toda mi vida, pero sí defiendo a todos estos que como yo no hacen de su trabajo su vida sino su herramienta para vivir.

Claro que lo ideal es unir pasión con trabajo, cobrar por hacer algo que harías gratis, pero mientras tanto quién dice que es mejor trabajar de ayudante del auxiliar de producción a estar en el guardarropía de un restaurante.

Pero si ya lo decía el Fary!

1 comentario:

  1. Lover, tens tota la raó!
    Abajo el trabajo, y arriba la inspiración..
    que siempre llega
    satl
    tj

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