sábado, 20 de marzo de 2010

viernes, 19 de marzo de 2010

Cosas que echo de menos de Londres:

El Double Gloucester, el Caramel de Galaxy y las galletas guarras de la pastelería del Saynbury’s con caramelo y chocolate.

Los negros. Y el rollito negrata. Madre mía, el cheesecake. La sensación de estar en una gran ciudad. Las luces, el cielo de nubes rápidas. Las cheeseburguers de pound y medio, extremadamante guarras y adictivas. El color ladrillo, la presencia del ladrillo. El DLR y el Overground. Que nadie te mire por la calle.

Los parques que no son mas que inmensos espacios abiertos y verdes en medio de la ciudad. La gente bien vestida y el inglés con mil acentos. Las caminatas. El sentimiento cálido del spanish gueto. Que lo primero que te pregunte la gente es de dónde eres. El arte. La viabilidad de vivir en una casa con jardín.


















ventana de mi habitación en Londres y mi habitación de Barna

Cosas que me gustan de Bar
celona:

Moverme siempre sin un mapa. Tener recuerdos muy antiguos. El shawarma del Buenbocado de la calle Escudellers.

Poder entenderme con todo el mundo sin hacer un sobreesfuerzo. La luz. Poder ir al mar. Las gelatinas de fresa del Consum y los cafés de verdad. El cortado. El rollito del vermut al sol un domingo. Y que haga sol el día entero. Los mercados. La familiaridad en ciertos momentos y la arquitectura.

El Raval. Mi madre. Los pisos grandes y los pasillos largos.

martes, 2 de marzo de 2010



A veces me invade una terrible sensación de tristeza y nunca se muy bien cómo quitármela. Puede venir con cualquier cosa, la más tonta. Y puede irse también del mismo modo. Pero éste casi nunca es un proceso rápido.
Cuando estoy así cualquier cosa puede hacerme llorar, cualquier cosa que me implique a mí interactuando con algo. O no. En realidad no se.

Hoy querría escapar y no dar cuentas de nada. Salir por ahí, volverme un poco loca, ver a gente que no veo nunca. Hoy es insoportable estar en mi cabeza.
He probado salir y despejarme, he probado concentrarme en algo serio y ahora probaré ir a clase de inglés a ver qué pasa, aunque los deberes he sido incapaz de terminarlos.

El otro día soñé que Londres tenía la forma de Portugal.

Cuando estoy así no se qué hacer porque no entiendo muy bien lo que me pasa. Sólo quiero escuchar Portishead y meterme debajo de la cama aunque al mismo tiempo eso es justo lo que menos me apetece. Ya se que no tiene sentido.

En un rato saldré a la calle y luego, o mañana, todo pasará. Porque las cosas me van bien, porque todo va a estar bien; en realidad no tengo ninguna queja.


La foto de arriba es de Ana Busto, una colega de mi madre.