sábado, 7 de marzo de 2009

EL YO LATENTE

Esto lo escribí hace poco más de un año. Tuve un encuentro fugaz con una fotógrafa que me hizo reflexionar. Las fotos son suyas, aunque mal escaneadas por mi. El tiempo pasa y las cosas cambian, por dentro y por fuera, pero siempre algo queda.

El yo latente

Siempre me he sentido en medio de algo, en tierra de nadie. Como si mi ser formara parte de un terreno pantanoso. Como si estuviera entre dos zonas. Pero el hecho es que no es tierra de nadie, es mi espacio. Es mi ser y mi estar y mi vivir.
Siempre ha habido algo dentro de mi que me decía que un pequeño caos había reinado antes de mi nacimiento. Un caos creacional, me refiero. Yo debía haber nacido niño, los médicos lo dijeron, mis padres se prepararon para ello. Pero no. Allí aparecí yo, casi una intrusa, sin nombre y sin futuro. Y luego todo lo demás. Pantalones, niños, fútbol, el pelo corto. Nada de todo esto fue premeditado, simplemente vino. Porqué no ser amiga de los niños en le cole si con ellos me llevaba de puta madre. ¿Porqué ellos no me rechazaban como a las demás niñas, qué me hacía diferente? Recuerdo ya de muy pequeña ir con los niños a hacer cabañas al bosque y planear invitar luego a las niñas para “tocarlas”. Pero yo nunca estaba ni en un bando ni en el otro. Yo hacía cabañas pero si venían las niñas evidentemente no podía ni acercarme a ellas. Tenía que girarme o unirme a ese grupo al que por fisonomía pertenecía, aunque ni un solo niño osaba tocarme. Así que esas pequeñas “reuniones” me resultaban muy frustrantes.
Mas tarde crecí, y los niños empezaron a resultar realmente aburridos. Además parece que crecía rápido porque también las niñas me aburrían con sus juegos de “vale que..”. Así que en 5º me hice amiga de algo así como las margis de 8º, una de las cuales se chupaba el dedo compulsivamente. La otra, más líder y más amiga mía, explicaba mil historias realmente fascinantes de ella y su novio y sus amigos. Recuerdo un lunes, cuando nos explicó que había pasado el finde con su novio del pueblo y que casi lo hacen! Era tan emocionante. Sentarme allí con ellas y escuchar. No tengo ningún recuerdo de mi hablando, sólo de escuchar.
Al año siguiente todo pareció ponerse en su lugar. Las niñas empezaron a ser chicas y yo a sentirme integrada entre ellas, aunque siempre con esa sospecha, esa zona pantanosa moviéndose por dentro.
Pero a lo que iba, el caos creacional: durante un tiempo, al poco de "descubrir" mi homosexualidad, tuve esa fuerte sensación de que algo se había torcido en el último minuto. Tendía a pensar que debía haber nacido niño y que mi vida estaba destinada así, pero que algo había torcido los planes y me había hecho nacer mujer, complicándolo todo mucho. Es duro que con 16 años la chica más guapa del insti te diga que ojalá fueras un chico. Puede sonar a cumplido, pero en el fondo es muy duro. Porque yo nunca he querido ser un chico, ni lo he sido, ni lo seré. Y porque es una bofetada en la cara de cómo de difíciles van a ser las cosas con lo fácil que sería si fuera un hombre. Hasta hubiera podido enrollarme con la chica más guapa del instituto. Pero en vez de eso fui la rara. He de decir que lo de rara ya me viene de personalidad, pero lo de la androginia tampoco ayuda.
Nunca he sido una marginada sin amigos. Nunca he sido realmente rechazada, es más me he sentido muy apoyada , pero siempre con esa neblina de incomprensión. Siempre sintiendo en el fondo que donde yo estaba no podía estar nadie, por mucho que lo intentaran.
A veces parte de mi se siente hombre. La mayor parte del tiempo me siento una mujer medio escondida. Y otras veces no me siento nada, ni un cosa ni la otra. Como si formara parte de un tercer género en vías de desarrollo o algo por el estilo. Y es que ¿qué es ser mujer o ser hombre? ¿Porqué hay que escoger? ¿Porqué no puedo ser las dos cosas? O ninguna.
A mi me gusta ser como soy. Y me gustan las chicas que son como yo. Pero a veces me sorprendo a mi misma intentando ser mas “femenina” de un modo aterradoramente inconsciente. Otras veces pienso que en el fondo me gustan los hombres. Y a veces no se ni quién soy ni qué quiero ni qué me gusta ni cuánto de mi hay realmente en todo ello.
Y ese sentimiento de no pertenecer me hace sentir tan profundamente sola y aislada. Sola en el mundo, en una sociedad donde no existo porque no soy ni A ni B. Se que no soy la única que se siente así. Hay otras como yo y supongo que cada una lo lleva como puede. Quizá hablarlo con alguna de ellas me ayudaría a comprender, pero parece que algo me empuja fuera, lejos, y me margina en mi pequeño mundo.
Siento por dentro que hay algo que está mal y que lucha por salir. Otro yo latente.
Un yo que necesita expresarse, explorar, descubrir. Un yo mucho más fuerte del que soy ahora.
Una nueva versión de mi, completa, sin zona pantanosa ni As ni Bes ni nada. Sin miedo a ser el eslabón perdido de una sociedad bipolar.

3 comentarios:

  1. Sabes? no creo que sólo sea cuestión de la inclinación sexual. Quiero decir, a mí me gustan los tíos y sin embargo hay muchas cosas que dices con las que me siento identificada.
    Al final creo que la mierda esa de la feminidad que nos venden es todo mentira, todo impostura.
    Yo jugaba siempre con los chicos, me daba de hostias con ellos y solía ganar. Y siempre estaba la eterna sombra de si era o no poco femenina, la gente es taaaaan imbécil. He llegado a escuchar de algún novio (novio subnormal) que qué poco femenina era que nunca llevaba falda, incluso que era una loba, sólo por tomar la iniciativa a la hora de dar un beso.
    Me ha hecho gracia, a veces yo también me siento un poco hombre. Al final, como tu dices, habrá que pensar en individuos y punto.

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  2. Me encanta que hayas escrito esto porque no pienso que sea una cuestión de inclinación sexual, sólo que con las bolleras es o puede ser más obvio. De todos modos tampoco creo mucho en eso de las inclinaciones sexuales anyway...
    Lo que es increíble es que un novio te diga algo así, tía, qué coño sabrá él! A mi me lo han dicho amigos alguna vez, con amor pero con desacierto... Bueno, esta es una cuestión espinosa, cuando vengas a verme le daremos más vueltas...

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  3. Realmente en todos hay matices y la línia entre una cosa y la otra suele ser muy difuminada. A mi se me ha catalogado siempre de muy femenina. Me esforzado para serlo imitando las muñecas, pero cuando un dia me plante y deje aflorar todo mi yo, me senti mucho mejor. Mi parte masculina tiene mucho que decir. Y soy una hetero convencida. Me he oído lo de loba o lo de "pareces el hombre", pero tal vez simplemente es que soy yo disfrutando de mis matices. ¿Porque quedarnos solo en blanco y negro cuando podemos abarcar toda una paleta de colores?
    Me ha encantado tu reflexión y que dejes aflorar tu yo latente.
    H.

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